ROGUE ONE (2016):
Director: Gareth Edwards.
Resña por Lucas.
Cuando Disney compro LucasFilms saltaron muchas voces en
contra. Que iban a infantilizar la franquicia, que la iban a exprimir hasta el
hartazgo, etc.
Luego la empresa del ratón anunció que además de una nueva trilogía
iban a lanzar títulos antológicos, que contaran historias separadas de la
trilogía principal.
Y ahí fue como si lo que temían todos se hubiera hecho
realidad.
Pero el problema es que el propio George Lucas tenía la idea
de expandir la franquicia desde el Star Wars Hollyday Special en 1978, el
primer spin off pasando por las dos películas de los Ewoks (DOS PELÍCULAS en
1984 y 1985) a la serie animada de los droides (también de 1985).
Incluso en el año 2008 se estreno en cines “Clone Wars” que
dio inicio a la excelente segunda serie animada de dicho nombre.
Es decir que siempre estuvo en los planes de LucasFilms este
tipo de expansión.
Pero volvamos a este film, la historia gira en torno a la
célula Rebelde que roba los planes de la Estrella de la Muerte tal y como se
nos pone en situación en la cartilla de Episodio Cuatro (la original bah) así
que la película transcurre semanas antes de que Luke se tope en Tattoine con
Obi Wan.
El director Gareth Edwards la viene remando hace rato,
haciendo un film de muy bajo presupuesto pero bastante potable como “Monster” y
luego en la misma línea “Godzilla” esa en la que Bryan Cranston aparecía en
todos los posters pero lo mataban a los 20 minutos y ni siquiera lo pisaba el
chobi.
Maneja bien los climas, se nota que es amante de esa
corriente clásica cuyo mejor exponente hoy es Steven Spielberg y que está
enamorado de la forma que tuvo George Lucas de filmar las escenas de batalla de
la película original.
El film está separado en dos partes muy puntuales: el
reclutamiento de Jyn Erso (Felicity Jones) y posteriormente el robo de los
planes de la Estrella de la Muerte.
La primera parte es lenta, casi burocrática. Pero hay que tener en cuenta que la esta película
es una historia bélica en el espacio.
Orson Krennic, el antagonista principal, no deja de ser un burócrata
apretado (en el sentido literal de la palabra) por sus jefes.
Es el arquitecto jefe de la construcción de la Estrella de la
Muerte y tiene la puta mala suerte que le roban los planos y encima se entera
Darth Vader (que ni sueñe en que le depositen la indemnización).
Así que la primera parte se debate en el reclutamiento de
Erso y las discusiones dentro del Imperio entre Krennic y Grand Moff Tarkin.
Tarkin que acá viene a ser el jefe directo de Krennic era el
personaje que interpretaba Peter Cushing en la película original y acá es un
actor que maquillaron digitalmente para tener la jeta del actor inglés
fallecido en el año 1995.
El resultado no deja de ser morboso porque nunca parece una
jeta normal y encima el personaje tiene varias escenas.
Pobre Peter Cushing se paso la vida combatiendo a Drácula y
ahora volvió como un muerto vivo.
Después aparece en escena la mano derecha del Emperador… si
si el maestro Sith favorito de todos y si bien se hace rogar como su hijo en
Episodio VII, no decepciona para nada.
Realmente el mimo que le pusieron a las apariciones de Vader
en el film es increíble. Esperen a ver al personaje en acción al final y van a
quedar ardiendo como quien escribe para ver una película a solas del personaje
en la época que andaba cumpliendo al orden 66 de Palpatine, es decir
persiguiendo y ejecutando jedis.
Incluso los autores del film tomaron riesgos como mostrar
fugazmente parte de la “vida cotidianda” del caído Anakin Skywalker y me juego
algún dinero que el castillo (¿En Mustafar?) va a reaparecer en algún episodio
futuro.
Notese que hablo de los villanos. Eso es porque los héroes son medio de cartón pintado siendo eclipsados
por el tremendo contexto en el que están metidos piensen que esto es horas
antes de que Vader tome prisionera a la princesa Leia y se desate todo el
conflicto de la trilogía original así que tenemos a todos en posición y la
película en ese sentido no tiene ningún problema es hacer fan service.
Pero nunca son
memorables, salvo el androide K2 tal vez por los problemas en postproducción
que tuvo el film y las escenas que tuvieron que refilmar.
No es un film perfecto pero es muy potente y cumple con todo
lo que se propone.