Simplemente Darkseid

Por Lucas.

“La saga de la gran oscuridad.”
Paul Levitz & Keith Giffen 
Humilde reseña de la saga que transcurre en el vol. II de la serie de la Legión en los nros. 290/294.
En 1981 la editorial DC comics estaba pasando por un período revulsivo que la iba a llevar a la época más fructífera y espectacular en cuento a calidad de toda la historia del comic yanki.
La editorial venía de la “DC implotion”, que merece un post en sí misma, estando al borde de la quiebra al tener que cancelar un tremendo número de títulos y claro, la Marvel de Jim Shooter, era un acorazado imparable al que sólo podría superar más de un lustro después.
Así que la apuesta de Jeannette Khan la editora en jefe de ese momento para recuperarse del cachetazo que significó la implosión antes mencionada fueron dos:
1) una intensa búsqueda de nuevos autores procedentes de Gran Bretaña, que merecería también otro post, y que terminaría con el desembarco de mucha gente que la venían rompiendo en las islas como: Alan Moore, Dave Gibbons, Brian Bolland; Alan Grant; Mike Barr; y muchísmos más que vendrían después
2) una profunda “marvelización” de DC, capturando autores y editores que se iban a las puteadas de la vereda de enfrente.
De esta manera surgen los “Nuevos Titanes” de Marv Wolfman y George Pérez; aplicando la formula que le venía dando resultado a Chris Claremont en Uncanny X-men.
¿Cúal era la fórmula?
Bueno digamos que una estilización de lo que venían haciendo Stan Lee con Jack Kirby (o con Ditko y Romita padre por caso) mezclando dramas personales (los yankis dirían “soup opera”) con aventuras que iban de lo cósmico hasta atrapar al chorrito de la esquina.
El tema es que Claremont empezó a desarrollar las tramas como temporadas de una serie de TV, planteando subtramas a un plazo dilatadisimo, a veces dejando de lado las batallitas del mes cuando hiciera falta para mostrar a los personajes hablando o pensando, algo que hizo que los lectores se identificaran mucho con los personajes además de lo complejas que se tornaban las tramas.
Y esta formula dio muchos frutos tanto en Marvel como en DC.
Uno de estos frutos se vio en la serie de la Legión de Superhéroes, que tuvo un envión tremendo con la llegada de Paul Levitz, que ya había participado de la colección en el arco argumental “Earth Wars” y ahora volvía para una segunda etapa intentando redoblar la apuesta y vaya si lo hizo.
Pero lo que nos importa a nosotros es que a los pocos números empieza a dibujar un novato llamado Keith Giffen que estaba por abandonar los cómics y ponerse a vender aspiradoras a domicilio, y la serie literalmente explota.
“La saga de la gran oscuridad” nos presenta un villano que se mueve casi hasta el final entre sombras.
Su plan se nos develando de a poco pero de manera implacable y también de forma bastante prolija: primero va reuniendo artículos mágicos de gran poder; luego ataca directamente a los enemigos más importantes de la Legión quitándoles sus energías (se fuma en pipa al Lord of Time y a Mordru!) y finalmente en un encuentro casi fortuito con Mon-El decide conquistar Daxam pueblo que desciende de los Kryptonianos para utilizarlos como un imponente ejercito personal, osea domina y esclaviza a un mundo de supermanes (como dirían los mexicanos de editorial VID).
El resultado es una batalla colosal en donde casi todos los legionarios tienen su momento de gloria; pero además hay cameos de gran parte del mundo del siglo XXX, desde Takron Galtos el planeta prisión, los mencionados Mordru y el Señor del Tiempo; Validus;  la Legión de Héroes Substitutos; Los Héroes de Lallor y los Wanderers entre otros, convirtiendo a la historia en un paseo por toda esa maravillosa mitología que se desarrolla desde los años cincuenta.
También hay que mencionar que desde el principio Levitz va plantando pistas respecto del villano, que no es otro que el mismísimo Darkseid en la que es una de sus mejores historias, utilizando la mitología del “Cuarto mundo” creada por Jack Kirby pero también en la carne de cañón que utiliza el señor oscuro, ya que se trata de clones de Superman; Orion y un señor del universo (de los GLC) entre otros.
Gran historia para disfrutar de la Legión, bien escrita y dibujada y pensar que quien escribe esto tardo mucho en completar los números de la colección “Clásicos DC” que publicada editorial Zinco.
Pero sarna con gusto no pica, saludos y abrazos.