Específico porque la serie continúo después de la partida del guionista, volviéndose todavía mas extraña si cabe.
Pero no me voy a ir por las ramas, si me apuran y me preguntan cual es mi cómic norteamericano favorito voy a poner los 26 números de Animal Man en el primer lugar.La razón es que muy pocas veces me pasó encontrarme con una obra tan compleja que me dejara pensando, al punto que cada vez que la releo encuentro detalles nuevos.
Estos 26 números componen un todo que puede leerse de varias maneras:
En primer lugar nos encontramos ante un muy buen cómic de superhéroes en estado puro.
La historia cuenta las aventuras de Buddy Baker que puede absorver las habilidades de cualquier animal.
Si uno piensa que la premisa es trillada, tiene razón pero hay que tener en cuenta la adoración que tiene Morrison por el trabajo que realizaron autores como John Broome; Gardner Fox; Otto Binder; entre otros durante la Edad de Plata del cómic norteameriano.Así nos encontramos con aventuras bizarras, coloridas que llevan a Buddy Baker a enfrentarse a personajes como Bwana Bestia o el Comandante del Tiempo o el Amo de los Espejos entre otros.
Obviamente no por algo Morrison fue parte de una renovación del cómic británico que revoluciono el noveno arte anglosajón, así que las historias siempre tienen una vuelta de tuerca que las convierte en algo único.
En segundo lugar hay un marcado tono ecológico en las historias; Morrison maneja esto en varios frentes, desde el momento en que decide que el personaje se haga vegetariano, algo lógico a fin de cuentas de que tiene poderes animales.Ya desde la primer historia Morrison hace una denuncia contra el trato que reciben los animales de laboratorio, posteriormente hace que el personaje principal se involucre en un grupo terrorista que lo va a llevar a realizar actos que van a poner de muy mal humor a ciertos sectores corporativos. Y cuando digo que los pone de mal humor, lo digo en serio.
Todo esto sin mencionar la tremenda historia en la que el autor denuncia la caza indiscriminada de delfines en una historia que deja al lector un muy mal sabor de boca.
Uno podría quedarse con este aspecto de la serie que está tan bien hecho y ya de por sí la obra hubiera trascendido de igual manera que lo hizo el Green Lantern/Green Arrow de Oneil/Adams, que posee también un tono ecológico, pero el autor no se queda ahí y casi desde el primer momento empieza a hilvanar ciertos argumentos que terminan eclosionando en el tercer aspecto de la obra: el experimento metalinguistico que va a llevar a cabo Morrison.Grant utiliza a Buddy Baker y le va dando pistas acerca del entorno ficticio en que se mueve. Esto lleva al personaje a plantearse determinadas cuestiones que tienen que ver con su lugar en el universo.
Esto que puede sonar psicodélico no lo es. Morrison es un autor como dije en el post anterior que siempre intenta dar un mensaje contracultural en sus obras. La realidad, lo que perciben nuestros sentidos, y las fuerzas que digitan nuestras acciones son temas recurrentes en la bibliografía de este autor y en esta ocasión nos encontramos con un viaje espaciotemporal que desarrolla el protagonista y que no es otra cosa que una tesis respecto de la violencia como entretenimiento.Lo curioso no solo es la manera en que lo hace, sino que utiliza a un superhéroe dentro de un cómic que pertenece a dicho género para hacer un estudio respecto de la utilización de la violencia dentro de un medio de comunicación con la única intención de entretener.
Estas son conjeturas mías y están abiertas enteramente a debate.
Pero todas estas nociones están desarrolladas de manera brillantes utilizando un recurso que se ha utilizado antes y se ha hecho después, el recurso de “romper la cuarta pared” de esta manera hacia el final de un recorrido lento y movidito Buddy va a descubrir que es un personaje de ficción en uno de los momentos más brillantes de la serie.Este recurso va a llevar a Morrison a jugar con recursos narrativos del cómic como el cerrado entre viñeta y viñeta (en un momento el personaje se plantea que no se acuerda como llego de Estados Unidos a África) y va a jugar con “la caja” que es la textura del espacio tiempo de los cómics, entre otras cosas.No les puedo contar más, vayan y lean, hagan el experimento por su cuenta y después me cuentan que les pareció. Saludos contraculturales.






