Animal Man.

Por Lucas Costa.
Habiendo intentado realizar un análisis de la obra de Grant Morrison en el post anterior esta reseña se caía de maduro. Para ser específico esta obra abarca la saga que realizó el guionista escoses durante los 26 primeros números de la colección de Animal Man.
Específico porque la serie continúo después de la partida del guionista, volviéndose todavía mas extraña si cabe.

Pero no me voy a ir por las ramas, si me apuran y me preguntan cual es mi cómic norteamericano favorito voy a poner los 26 números de Animal Man en el primer lugar.
La razón es que muy pocas veces me pasó encontrarme con una obra tan compleja que me dejara pensando, al punto que cada vez que la releo encuentro detalles nuevos.
Estos 26 números componen un todo que puede leerse de varias maneras:
En primer lugar nos encontramos ante un muy buen cómic de superhéroes en estado puro.
La historia cuenta las aventuras de Buddy Baker que puede absorver las habilidades de cualquier animal.

Si uno piensa que la premisa es trillada, tiene razón pero hay que tener en cuenta la adoración que tiene Morrison por el trabajo que realizaron autores como John Broome; Gardner Fox; Otto Binder; entre otros durante la Edad de Plata del cómic norteameriano.
Así nos encontramos con aventuras bizarras, coloridas que llevan a Buddy Baker a enfrentarse a personajes como Bwana Bestia o el Comandante del Tiempo o el Amo de los Espejos entre otros.
Obviamente no por algo Morrison fue parte de una renovación del cómic británico que revoluciono el noveno arte anglosajón, así que las historias siempre tienen una vuelta de tuerca que las convierte en algo único.
En segundo lugar hay un marcado tono ecológico en las historias; Morrison maneja esto en varios frentes, desde el momento en que decide que el personaje se haga vegetariano, algo lógico a fin de cuentas de que tiene poderes animales.
Ya desde la primer historia Morrison hace una denuncia contra el trato que reciben los animales de laboratorio, posteriormente hace que el personaje principal se involucre en un grupo terrorista que lo va a llevar a realizar actos que van a poner de muy mal humor a ciertos sectores corporativos. Y cuando digo que los pone de mal humor, lo digo en serio.
Todo esto sin mencionar la tremenda historia en la que el autor denuncia la caza indiscriminada de delfines en una historia que deja al lector un muy mal sabor de boca.
Uno podría quedarse con este aspecto de la serie que está tan bien hecho y ya de por sí la obra hubiera trascendido de igual manera que lo hizo el Green Lantern/Green Arrow de Oneil/Adams, que posee también un tono ecológico, pero el autor no se queda ahí y casi desde el primer momento empieza a hilvanar ciertos argumentos que terminan eclosionando en el tercer aspecto de la obra: el experimento metalinguistico que va a llevar a cabo Morrison.
Grant utiliza a Buddy Baker y le va dando pistas acerca del entorno ficticio en que se mueve. Esto lleva al personaje a plantearse determinadas cuestiones que tienen que ver con su lugar en el universo.

Esto que puede sonar psicodélico no lo es. Morrison es un autor como dije en el post anterior que siempre intenta dar un mensaje contracultural en sus obras. La realidad, lo que perciben nuestros sentidos, y las fuerzas que digitan nuestras acciones son temas recurrentes en la bibliografía de este autor y en esta ocasión nos encontramos con un viaje espaciotemporal que desarrolla el protagonista y que no es otra cosa que una tesis respecto de la violencia como entretenimiento.
Lo curioso no solo es la manera en que lo hace, sino que utiliza a un superhéroe dentro de un cómic que pertenece a dicho género para hacer un estudio respecto de la utilización de la violencia dentro de un medio de comunicación con la única intención de entretener.
Estas son conjeturas mías y están abiertas enteramente a debate.
Pero todas estas nociones están desarrolladas de manera brillantes utilizando un recurso que se ha utilizado antes y se ha hecho después, el recurso de “romper la cuarta pared” de esta manera hacia el final de un recorrido lento y movidito Buddy va a descubrir que es un personaje de ficción en uno de los momentos más brillantes de la serie.
Este recurso va a llevar a Morrison a jugar con recursos narrativos del cómic como el cerrado entre viñeta y viñeta (en un momento el personaje se plantea que no se acuerda como llego de Estados Unidos a África) y va a jugar con “la caja” que es la textura del espacio tiempo de los cómics, entre otras cosas.No les puedo contar más, vayan y lean, hagan el experimento por su cuenta y después me cuentan que les pareció. Saludos contraculturales.


Copyright (se escribe como se lee) "la sinópsis".



Hola el que acaban de ver es el trailer del corto que están produciendo los amigos Ted Kord y Moon Wizard, pero mejor los dejo con las palabras de ellos:

"Salvando diferencias con las películas argentinas que responden a las estadounidenses Copyright (escríbase como se lee) propone un paseo medio delirante por películas de los años ochentas que a más de uno lo abra atrapado en el cine de pequeño o una tarde de domingo sin nada que hacer.
Juan, un sabelotodo de la historia del cine, Felipe un fanático de las series de tv estadounidenses, el gordo un loco por las películas y los personajes capo cómicos argentinos se suman tras la llamada de Cachito un incomprendido personaje, en la mesas de una perdida taberna en una pequeña ciudad.
Copyright (escríbase como se lee) es un cortometraje que esperamos tener pulido y terminado para fines de año, realizado producido y escrito (pero por suerte no actuado) por Andres falchini (alias Ted Kord) , Soledad De Filippis y Lucas Rodrigues."

Pequeño Grant ilustrado.

Por el Lucas Costa de tierra dos.
Cuando uno se encuentra con un autor tan complejo como Grant Morrison no sabe realmente donde comenzar.
Podría tirar muchos datos que serían fácilmente identificables como provenientes de la Wikipedia pero hay tres de los que no se puede escapar; uno que es inglés; dos que le encanta el género superheroico y tres que es un gurú de la contracultura.
El primer dato no es menor ya que Morrison es un producto de un momento muy determinado del cómic británico que dio personajes y autores que revolucionaron el cómic anglosajón como el Juez Dredd, Marvelman o V de Vendetta.
Morrison nace bajo el amparo de revistas como 2000AC o Warrior, en donde se alternaban historias serializadas con historias unitarias generalmente de corte fantástico/ciencia ficción pero con mucha mala leche inglesa obvio.
Como muchos de sus autores congéneres finalmente emigra a los E.E.U.U. y termina haciendo historia importando ese estilo inglés de cinismo/ciencia ficción/referencias culturales que le aplican a casi cualquier género que hizo famosa a gente como Alan Moore o Warren Ellis.

El segundo dato tiene su importancia porque la obra de este señor se enrola en dos columnas: trabajos personales y trabajos mainstream, estando enrolados estos en su práctica totalidad en el género de los justicieros en pijamas.
También es importante para saber de donde viene las influencias de Morrison ya que es un discípulo del trabajo de autores como John Broome o Gardner Fox, autores de la Silver Age que fueron entre otros los que prácticamente reinventaron el género en los sesentas.
Dicho en otras palabras, eran autores que en vez de rellenar páginas y páginas con peleas de tipos descerebrados o melodramas baratongos tenían una preferencia por la ciencia ficción bien bizarra, casi extremista y que no dudaban en convertir a Flash, Superman o Linterna Verde en un cenicero, un perro violeta o un tarro de sabora si la ocasión lo requería.
El toque contracultural tiene que ver con la visión que siempre quiere darle a su obra no importa que este escribiendo historias personales como “Los Invisibles” o “Superman Beyond”.

Entre las fuentes que Grant mezclo para desarrollar esa filosofía personal se tiene que buscar entre los trabajos de autores como Philip K. Dick; William Burroughs; J.G. Ballard y porque no, nuestro Jorge Luis Borges.
Grant al igual que todos estos autores tiene una obsesión con lo que nuestros sentidos perciben como realidad, el entorno en el que nos movemos, las fuerzas que digitan nuestro destino y la “programación” que recibimos desde que nacemos en dicho entorno.
Lo curioso es que estas ideas metafísicas pueden encontrarse en una obra como “Los Invisibles” en donde un individuo completamente corriente es reclutado por una célula de resistencia para luchar contra los seres que tienen aprisionada a la humanidad en una realidad virtual que asemeja al siglo XX (¿les suena a alguna película que haya protagonizado Keanu Reeves?) o en Animal Man donde un superhéroe descubre la verdadera razón de su existencia (en el sentido más literal posible).

Obviamente muchas veces este mensaje o sentido de que “nada es lo que parece” y que lo que reconocemos como realidad esta programado por lo defectuoso de nuestro sentidos depende muchísimo del dibujante que le toque y que sepa decodificar los complejos guiones del gurú.
De esta manera no es lo mismo un guión de Morrison dibujado por un Val Semekis o un poco agraciado Howard Porter (que debe tener un muy buen padrino) que un J.G. Jones; o un Frank Quitely que sabe trasladar al papel y decodificar en narración muchas de las ideas desbocadas del viejo escocés. El que no me crea que lea We3 y se lo imagine dibujado por Joe Madureira

En conclusión se trata de un guionista complejo, a veces hérmetico que también sabe realizar obras “mainstream” o comerciales lo que ha llevado a que las mayors yankis le hayan prestado sus juguetes, no por algo fue guionista de la JLA, de Superman, Flash, Xmen y actualmente esta a cargo de Batman.
Y porque no, se trata de un autor que ha desarrollado una filosofía personal que ha cortado y pegado de muchos autores que lo precedieron.
Quizás su mayor logro haya sido saber transportarla a la cultura de masas y a un género históricamente popular como es la historieta, convirtiéndola en su sello personal.
Para los que nunca se hayan acercado a alguna obra del autor o lo han hecho y no les ha gustado yo recomiendo obras como Animal Man, JLA, All Star Superman o New Xmen en donde desplega un gran talento para el comic comercial sin dejar de lado su particular visión de la vida.
Muchos saludos desde este lado de la realidad.