La plantita de Dios

La Cosa del Pantano 
de Alan Moore, 
Chapter one.
Artículo de opinión realizado por Lucas de los nros. 20 al 65, más anuales de la serie “Saga of the Swamp Thing” vol.dos, un número más, un número menos.
Cuando me puse a pensar sobré que quería postear (¿o se dice postiar?) en esta nueva etapa del blog lo primero que me dije fue: cosas que a mí me hubiera gustado leer. Es decir que a la hora de plantear el contenido de los post, soy bastante egoísta, y así tuve suerte y en algunos tuve muchos comentarios y en otros prácticamente nada.
Pero la verdad es que esto no es ni un “blog de descarga” ni uno de noticias, así que planteada la premisa el que entra esta avisado.
Y la verdad que lo que tengo ganas de escribir hoy es de uno de los cómics más trascendentales de los últimos treinta años, tarea que me va a llevar tres capítulos.
Sin él no hubiera existido jamás la invasión británica de autores de los ochenta en el cómic yanki, y no existirían “Sandman”; “Starman” y el sello Vértigo me atrevería a decir que tampoco.
Estoy hablando de “La cosa del pantano” de Alan Moore.
Corría el año de 1983 y como comenté en el post de “La saga de la gran oscuridad”, DC se estaba recuperando de la “DC implotion”  con una profunda marvelización de la linea, contratando a troche y moche autores y editores que se iban despavoridos del reino de Jim Shooter, ya estaban Marv Wolfman (que fue editor en jefe de marvel de Marvel), George Perez, Roy Thomas (que prácticamente vio nacer el universo marvel y fue el primer editor en jefe después de la partida de Stan Lee); Gerry Conway (que fue editor en jefe … esto esta siendo monótono me parece) y había pasado Steve Engleheart que para esa época (fines de los setenta) para Marvel era algo algo así como Carlitos Bianchi. (Y eso que todavía faltaban nenitos como Denny O`nneil; Frank Miller o John Byrne, otra que el Barcelona de Guardiola).
Pero también estaba Len Wein que tenía mucho peso editorial, era el editor de los Titanes de Wolfman y Pérez (y sería el editor de “Wachtmen” y “Crisis”, moco de pavo) que se embarco junto a Jeannette Khan, la editora en jefe de DC, en una excursión por Gran Bretaña que desembocó en la importación de Mike Barr (a quién pusieron en los títulos de Batman); Brian Bolland (se puso a trabajar en “Camelot 3000”) y de Dave Gibbons que Wein ni lento ni perezoso se lo llevo para “Green Lantern”, en esos numerazos que acá llegaron en tacos con los primeros palotes de John Steward y Guy Gardner.
Pero también se trajeron al guionista que allá era más o menos  Messi, el tipo que estaba revolucionando el cómic inglés con títulos como “V de Vendetta”; “Marvelman” (ambas las dejaría inconclusas para venirse a la tierra del Mcdonalds) y la obra que lo hizo famoso y el único serial que completaría “El pliegue de Jaspers” junto a Alan Davis para Marvel UK (donde el barbeta le daría el número 616 a la continuidad Marvel normal).
Moore, que no lo piensa dos veces, se viene con Wein que lo pone a hacer algunas cositas cortas para GL (en la onda de las historias de “Future Shocks”) pero le da la difícil tarea de remontar un barrilete de cemento: la serie “Saga of the Swamp Thing” vol. 2 a partir de su número 20, en el hermoso año de 1983 (hermoso porque nació quién escribe esto y la Argentina recuperaba su democracia claro esta…) y la historia del cómic no sería la misma.
La cosa del pantano fue creada por el propio Wein y Berni Wrightson, algunos dicen que como respuesta al “Man-Thing” de Marvel pero lo cierto que ambos personajes son hijastros del personaje de la Golden Age “The heap”.
Lo cierto es que la colección de la cosa del pantano en ese momento era una porquería y había nacido como merchandising de la  horrenda película del personaje que había estrenado Wes Craven en 1982 y que canal once pasaba cada dos por tres en sábados de súper acción.
Moore, junto a Stephen Bissete y las tintas del filipino Alfredo Alcalá, dejan claro el tono de la serie desde su primer número en el clásico de clásicos “Lección de anatomía” en donde retoma un plot anterior de la serie con la cosa “supuestamente” asesinada por sus enemigos y narra la disección del cadáver por parte del Dr. Jason Woodrue que descubre que la cosa no es Alec Holland, y no cuento más.
A partir de ahí Moore se hace dueño y señor del personaje, respetando lo hecho anteriormente (por algo Wein era el editor) y reformulando todo el elenco de secundarios de la serie con el matrimonio Abigail y Mathew Cable a la cabeza.
La primera saga deja en claro la dirección: la revista es un cómic de horror protagonizado por un anti-héroe monstruoso, con un clima deudor de Clive Baker; Stephen King; Lovecraft; nuestro Borges, pero también hay que decirlo aprendiendo de ilustres antecesores como el “Deadman” de Neil Adams y sobretodo el “Man-Thing” de Steve Gerber que es fundamental para entender para donde agarra Moore.
Pero a pesar de todo no deja de ser un cómic de superhéroes y en la primera saga no sólo enfrenta al protagonista a un enemigo de Atom y Batman sino que aparece la mismísima Liga de la Justicia (y no desentona para nada). Cuanto aprendería de estos número Neil Gaiman…
El terreno sobre el que pisa Moore ya lo tenía estudiado porque ya había hecho algo similar con “Marvelman”, con un personaje que va descubriéndose cada vez más poderoso y se plantea si ayudar o destruir a la humanidad: el poder, ya sea económico o literal siempre esta presente en la obra de Alan Moore.
También el recurso de asesinar al héroe para reconstruirlo casi desde cero ya lo había usado en el serial del Capitán Britania y el recurso de “estudiar” las habilidades del anti-héroe a través de los ojos de un científico lo había usado en “V de Vendetta”. La serie prosigue y se le da mucha pelota a la relación de “la cosa” y Abigail que primero es amistad, y empieza a jugar mucho con Matt Cable, a la vez que reaparece el archienemigo del personaje: Anton Arcane.
El resultado es literalmente un viaje al infierno en donde Moore se la pasa mejor que Maradona en Kwait jugando con una parva de personajes de DC como: The Demon;
Deadman; el Phamton Stranger; el Spectre; Dr. Fate; entre otros, pero será a los tres primeros a los que les va a dar mucha chapa, con el primero el barbeta fija con cemento la idea tirada por Wein de que rima porque es un justamente un “demonio rimador” que representa una categoría en el infierno; al segundo lo presenta como un fantasma amistoso que ayuda a las almas perdidas o en pena y que le gusta ser el anfitrión en el limbo y al tercero va a tirar puntas de que es uno de los ángeles que se le retobaron a Jehová pero como luego se arrepintió no es ni bienvenido ni arriba ni abajo.
El final de la primera etapa deja otro status quo para los personajes, esta todo dado para que se de la relación entre Abbie y Alec y aparece un personaje destinado a perdurar: cierto mago inglés de clase trabajadora con mucho parecido a Sting, pero eso es otra historia, chau felicidades.
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5 comentarios:

Huguito dijo...

Cuanta sabiduría junta, pibe. Dibuje maestro! En otro post conté sobre mi relación con La Cosa del Pantano (y no es precisamente la de comer de sus frutos como Abby)y al ser del palo del horror me cabe muchísimo, espero tener tiempo para poder hincharle el ojo a la saga completa.
Estupendo post para arrancar el año Lukitas!

lucas. dijo...

gracias huguito sos un incondicional hasta en la feria judicial!
mirá no es sabiduría es años y años y mas años de leer historietas (en papel; prestadas; digital como te guste) porque son mi pasión desde los ocho años.
y me alegro que te haya gustado el post porque voy a hacer tres capítulos más.
y me gustaría repasar las ediciones de "La cosa" en castellano porque como ya escribí en algún comentario del blog fue bastante accidentada.
como dice carlitos:
chau, felicidades!

Ted Kord dijo...

Si no fuera por ediciones zinco y esos tacos a 5 pesos, jamas conoceria a la cosa del pantano que lo vendia como "comic de horror" (yo diaria mas bien filosofico)pero la leccion de anatomia me sigue erizando los pelos del tuje de los bien que esta escrita.
buen analisis, sobretodo para ver por donde venian los tiros en esa epoca.
Hoy se hace tanto autobombo con series autores y personajes (mea culpa nuestra tambien) que ya te venden como un exito algo que va a salir en 3 meses (y en USA!) hay que urgar cual venta de saldos en las cajas, ensuciarce los dedos y encontrar series que estaban a punto de morir y que los autores dieron lo mejor de si por que los editores no tenian nada que perder. hoy son clasicos claro esta, pero tambien hoy dia pasa.
Muy buen post amigo lucas esperando ansioso el que sigue!

PD: Planeta publico esta etapa en blanco y negro (no la grasada de las escalas de grises) y realmente la serie se ve y se persibe mucho mejor en esos claro oscuros.

Leox dijo...

Recuerdo que corrían los tiempos donde los integrantes del blog nos conocíamos, cuando cursabamos en la Eah y fruto de esos primeros intercambios de Comics, pude leer esta joya y lo que fué la lectura de mi primera saga completa del mundo de Dc (ya que antes solo leía alguna que otra cosa pero no tenía mucha idea de nada).
La Cosa del Pantano es uno de mis personajes favoritos del mundo de los comics, no solo por haber contado con un Dios guionista para desarrollarlo, sino tambien por el poder que tiene que me deslumbro sobre todo cuando atacó una ciudad como Gotham, pero eso es mas adelante. Creo que logré encariñarme, sufrir y alegrarme junto a él mientras atravesaba sus paginas.
Excelente post amigo Lucas, siempre sin casette y compartiendonos su vasta informacion.
Yo tambien estoy de acuerdo con eso de rememorar estas verdaderas joyas de la historia del comic.
Saludos!

ywing dijo...

lucas,espero con ansias la segunda parte de tu informe, ya que aun no he tenido la oportunidad de leerlo por mi cuenta a pesar de su excelente reputacion entre los comiqueros selectos.